En el marco del Mes de la Minería, la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI) realizó la Conferencia Anual “Tiempos de cambios, horizonte de oportunidades”, la cual se desarrolló por streaming y EmolTV.
El evento se dividió en dos partes. En la primera, el analista internacional Moisés Naím hizo una presentación sobre la actualidad mundial y, posteriormente, se efectuó un conversatorio con un panel de expertos conformado por Amparo Cornejo, vicepresidenta de sustentabilidad y asuntos corporativos de Teck Chile; Hernán Hochschild, director ejecutivo de Tenemos que Hablar de Chile, plataforma de participación ciudadana impulsada por las universidades Católica y de Chile, y Max Colodro, sociólogo y analista político.
En sus palabras de bienvenida, el presidente de SONAMI, Diego Hernández, se refirió a la actualidad chilena y al importante remezón que significó el 18 de octubre de 2019, que tuvo entre sus consecuencias la elaboración de una nueva Constitución. “A esta altura está meridianamente claro que uno de los motivos detrás de este malestar ciudadano es la fragilidad económica de una creciente clase media, que ve con preocupación que ante imprevistos como enfermedades o la pérdida de trabajo puede perder gran parte del bienestar logrado durante años y retroceder a la pobreza”.
Agregó que la minería cumple un rol fundamental para reducir esta incertidumbre respecto al futuro y “permite disminuir la vulnerabilidad de esta nueva clase media emergente. La minería es claramente un camino de movilidad social, con niveles de salarios y beneficios laborales que permiten a nuestros trabajadores mejorar sus niveles de bienestar y proveer mejores condiciones de desarrollo a sus familias”.
El tema obligado en la agenda es el cambio climático y lo necesario que es el metal rojo para hacerle frente. Ante esto, el presidente de SONAMI señaló que “esta pandemia ha reforzado la utilización del cobre. Asimismo, las economías de los países desarrollados occidentales y también los asiáticos, China, Japón y Corea, están comprometidos con el combate y la mitigación del cambio climático. La electromovilidad y las energías renovables son parte importante de eso, lo que causa que la demanda de cobre esté aumentando con una mirada de mediano y largo plazo”.
Cambios acelerados
Moisés Naím, economista venezolano, exdirector ejecutivo del Banco Mundial, escritor y uno de los analistas políticos más destacados de la región, realizó una charla, en la que abordó diversas temáticas con un punto en común: lo acelerado que están ocurriendo los cambios (que ya eran sabidos) en el mundo.
En esta línea, al igual que Diego Hernández, se refirió a la rapidez con que está avanzando el cambio climático, luego del desolador informe de Naciones Unidas, donde las temperaturas del planeta han alcanzado récords históricos. Sin embargo, el analista resaltó la descarbonización que se está llevando a cabo y las diversas medidas que se han propuesto los países para hacer frente a esta crisis.
Por otro lado, abordó la rapidez del avance del Covid-19 y cómo el virus impulsó la aceleración de la digitalización. El retail, la educación y la salud se han sumado a ello y “modelos que se pensaban permanentes, ahora son solo transitorios”, indicó. Ante todos estos cambios, especificó que hay naciones que están reaccionando de buena manera a esta aceleración en todos sus frentes y otras que se han ido estancando.
El caso de América Latina
Al hablar de América Latina, Moisés Naím explicó que son seis los problemas fundamentales de la región: la volatilidad de las variables económicas; la desigualdad de la población; los precios de los commodities en las materias primas; la dependencia de América Latina al sistema financiero internacional; la antipolítica de la población y la baja capacidad de los gobiernos para responder a estas presiones internas y externa, es decir no logran responder a la aceleración antes mencionada.
El economista indicó que “la brecha entre los países que están reaccionando, aprendiendo, experimentando, buscando formas de adecuarse y alinearse a estas circunstancias que están en el mundo, contrasta con países que están ensimismados en sus propias querellas internas, divididos y fragmentados por las identidades y con gran dificultad de encontrar un camino común para responder a todas estos cambios de gran magnitud”.
Sin embargo, también expuso el lado positivo y recalcó que “América Latina tiene una lista de tareas pendientes, de reformas que son necesarias, sobre las cuales, no hay duda, todo el mundo está de acuerdo en que son necesarias. Hay profundas diferencias en cómo hacerlas, pero nadie duda que hace falta aumentar la competitividad y la productividad, que es una de las más bajas del mundo, y eso hace que esté condenada a simplemente ser, principalmente, un exportador de materias primas de commodities. Aumentar la productividad y la competitividad internacional de todos los sectores en los cuales América Latina tiene alguna capacidad competitiva, una ventaja competitiva, es muy importante”.
Finalmente, concluyó su presentación haciendo un llamado a terminar con la “necrofilia ideológica” que, en palabras de Naím, se refiere a la afición por ideas ideológicamente muertas tanto de derecha como de izquierda. “Las reformas requieren liderazgo y combatir con más eficacia la guerra de la verdad. Estamos viendo mundialmente un ataque sistemático a la verdad, donde todos se ponen activos, todo depende y nada es creíble”, puntualizó.