Como cierre de las iniciativas realizadas durante el Mes de la Minería se llevó a cabo la tradicional cena de la industria 2017, que contó con la presencia de la Presidenta Michelle Bachelet, los ministros de Hacienda, Economía, Minería y Energía, parlamentarios, empresarios y representantes de pequeñas, medianas y grandes empresas de la minería nacional.
En la ocasión, la mandataria reiteró su compromiso con el desarrollo sustentable: “Podemos avanzar en lograr armonizar crecimiento, cuidado del medio ambiente y respeto a la ciudadanía. Estos temas no son temas ideológicos, son la racionalidad del presente y habrá que estar a la altura si queremos desarrollo en el tiempo para Chile”, sostuvo la presidenta Bachelet.
En otra parte de su intervención, Bachelet dio cuenta de la importancia de impulsar un crecimiento sustentable:
“He dejado para el final el tema central, porque engloba gran parte de los desafíos señalados en un cambio de paradigma: cómo equilibrar crecimiento y cumplimiento de estándares socio ambientales cada vez más exigentes. Sí, he querido que sea el sello de mi gobierno hacernos en serio esa pregunta”, planteó la jefa de Estado.
En el encuentro, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), Diego Hernández, en su primer año presidiendo la entidad, hizo una reflexión sobre el contexto macroeconómico nacional y la industria minera. Destacó que la minería en Chile se encuentra en una encrucijada: podría empezar a decaer y dejar pasar la oportunidad de aprovechar el aporte al desarrollo económico y social que ha venido haciendo durante los últimos 30 años, o podría continuar su crecimiento guiando a toda la economía junto con ella. “Es hoy el momento en que debemos actuar. Mañana podría ser muy tarde”, aseguró.
Durante su discurso, Hernández indicó que el rico capital geológico del país ya no es suficiente para atraer la inversión. “Aspectos como el riesgo país, la seguridad jurídica, la regulación y estabilidad de las reglas son factores determinantes para los inversionistas. Por esto, debemos poner nuestros esfuerzos en desarrollar el sector y en volver a situar al país como uno de los principales destinos de inversión minera”, enfatizó.
En este sentido, dijo que falta una regulación ambiental más competitiva. “Debemos hacerla más coherente, sencilla e integral. Se trata de establecer una regulación que considere un marco adecuado para la minería en su conjunto y no solo aspectos involucrados en el negocio minero en forma parcial, independientes y a veces inconexos”, indicó.
También, aseguró que le preocupa la creciente judicialización e incertidumbre asociada a la aprobación de los proyectos por parte del Servicio de Evaluación Ambiental. “Esto hace que invertir en Chile se vuelve más incierto, ya que los inversionistas no saben si en el último paso les van a aprobar un proyecto o no, sin importar cuánto hayan avanzado, qué obstáculos hayan tenido que superar o cuánto hayan gastado. En consecuencia, las empresas están caminando con creciente cautela. El caso reciente del proyecto Dominga ha contribuido a acentuar la desconfianza en la institucionalidad.”, advirtió el presidente del gremio.
Por otro lado, mencionó algunos datos que demuestran que el sector está complicado. El Imacec minero está en retroceso; hay menor producción de cobre, oro, plata y minerales no metálicos, y el PIB sectorial está disminuyendo respecto a 2016. Sin embargo, el timonel del gremio dio luces de esperanza: “Lo peor de este ciclo de precios ya pasó y vemos que la actividad empieza a repuntar, y pronto empezaremos a tener mejores cifras”. Añadió que es importante impulsar la industria, ya que -según Hernández- los chilenos son hoy 42% más ricos gracias a ella.
Una de las principales preocupaciones fue continuar con el empeño de mejorar los resultados en la seguridad de los trabajadores. Si bien de acuerdo con la Superintendencia de Seguridad Social, la minería muestra la más baja tasa de accidentabilidad laboral entre todas las actividades económicas, todavía queda trabajo por hacer. El presidente de SONAMI reafirmó en este sentido, el compromiso del gremio de reforzar su esfuerzo en este tema.
Por otra parte, destacó la importancia de tener una institucionalidad minera fuerte, coherente, articulada y dotada de las capacidades necesarias para sustentar el desarrollo que se necesita en el sector.
También, hizo un llamado a hacer los cambios necesarios para disponer de una legislación laboral moderna, que permita establecer un marco adecuado para propiciar buenas relaciones entre los trabajadores y las empresas, mejorar la productividad laboral e incentivar la inclusión de todos aquellos que están en condiciones de trabajar. “Es importante que el fortalecimiento de los sindicatos no pase por la pérdida de libertades o derechos de los trabajadores”, acotó.