Al referirse a la aprobación del proyecto de ley que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), Diego Hernández, junto con criticar la rapidez en su tramitación, estimó que, sin duda, en el sector minero tendrá un impacto directo y relevante en los costos y productividad de la industria, especialmente en el caso de la mediana y pequeña minería.
“Hoy en día enfrentamos un contexto con un avance de la digitalización y la llamada industria 4.0, que implica la automatización y robotización de procesos, pero que también requiere de liderazgos con visión estratégica y capacidad de adaptación al cambio. El avance tecnológico está y seguirá impactando todos los sectores productivos y su incorporación requiere que repensemos las relaciones laborales, de modo de aunar esfuerzos para actualizar habilidades y competencias a los requerimientos de una minería moderna y tecnológica, y por tanto competitiva. Estos desafíos son los que esperamos que aborde el proyecto de ley de Adaptabilidad Laboral”, sostuvo Hernández.
Agregó que este proyecto debería regular y posibilitar diversas situaciones que se dan en la realidad de las empresas, poner atención en la particular organización del trabajo en distintos rubros productivos e industrias, “con miras a otorgar herramientas eficaces para incrementar la productividad a la vez de posibilitar alternativas novedosas para la distribución de tiempos de trabajo y de descanso. Posibilitar trabajo a distancia y jornadas parciales”.
El directivo de SONAMI añadió que, en el caso específico de la industria minera, sería especialmente útil la normativa sobre adaptabilidad laboral que permitiría acuerdos colectivos para el establecimiento de sistemas excepcionales de distribución de jornada de trabajo y descansos, así como las que regularían los tiempos de preparación o entrega del trabajo, en los sistemas de turnos.
Hernández mencionó que las jornadas excepcionales actualmente en aplicación en la gran minería son turnos de 12 horas con un promedio de 42 horas semanales y que por ser jornadas de 12 horas solo se permite hacer horas de sobretiempo en situaciones inusuales.
El presidente de SONAMI puso especial énfasis en el impacto que tendría una reducción de la jornada laboral en la mediana y pequeña minería. “Cualquier reducción de jornada en estos sectores se reflejará en forma directa y relevante en sus costos y productividad”, sostuvo Diego Hernández.